Motociclismo en Montero

Motociclismo en Montero

La ciudad de Montero, capital de la provincia Obispo Santistevan, vivió un crecimiento vertiginoso a partir de la construcción de la carretera asfaltada que conecta la capital con el Ingenio Azucarero Guabirá.

Este desarrollo atrajo a migrantes de diversas regiones, transformando la ciudad en una «Bolivia en miniatura». La expansión de la población trajo consigo la necesidad de abrir calles y avenidas, mientras los barrios surgían al ritmo del progreso.

En este contexto, el motociclismo comenzó a ganar protagonismo como un símbolo de modernidad y adrenalina. Se estima que la primera competencia de motociclismo en Montero tuvo lugar en la pista de Todos Santos, marcando el inicio de una tradición que rápidamente ganó popularidad.

Primeros eventos y la figura de Bailón Becerra Moreno

En 1964, las carreras atrajeron a numerosos participantes, y al año siguiente, el alcalde Carlos Correa Villarroel promovió otra competencia el 18 de mayo de 1965, en homenaje al Rotary Club, que había sido fundado en 1954.

Pese a los elevados costos que implicaba participar, los entusiastas del motociclismo reunían recursos y preparaban sus motocicletas para competir. Uno de los nombres destacados de la época fue Bailón Becerra Moreno, quien se convirtió en un referente del motociclismo montereño. Su pasión y dedicación lo llevaron a participar en la formación del Moto Club Boliviano en 1967.

Logros destacados

El 14 de septiembre de 1968, Bailón Becerra se coronó campeón nacional en la categoría de 125 cc y obtuvo el tercer lugar en 175 cc en una competencia celebrada en Cochabamba. Estos logros consolidaron a Montero como un importante semillero de talento para el motociclismo boliviano.

Un legado en crecimiento

Lo que comenzó como carreras locales por las calles de Montero se expandió rápidamente, llevándolos a competir a nivel departamental y nacional. Hoy, la historia del motociclismo montereño es recordada como un reflejo del espíritu emprendedor y competitivo de sus habitantes, un legado que continúa inspirando a nuevas generaciones de motociclistas